domingo, 8 de mayo de 2011

El trabajo de la representación, Stuart Hall.

Stuart Hall nos explica la representación, la cual es utilizada en el lenguaje para la producción el sentido en determinada cultura, nosotros somos quienes conformamos comunidades, además hacemos que las cosas signifiquen, esto quiere decir que adecuamos sentidos a esas representaciones que tenemos a diario en nuestras vidas, pero estos sentidos constantemente varían entre las diferentes culturas existentes y el periodo histórico en el que se encuentra, existen códigos lingüísticos en cada cultura lo que hace diferente cada lengua, debido a que ingeniamos y fijamos sentido al mundo.
Podemos ver como a través del tiempo el lingüista Saussure, el crítico Barthes y el antropólogo Strauss han estudiado el proceso de la representación y la producción del sentido  inicialmente en las obras de arte y luego en la cultura; estos sentidos persistentemente están en cambio, porque son producidos dentro de cierta cultura y en un tiempo histórico especifico. Encontramos que no hay un “sentido verdadero”, según afirma Culler “porque es arbitrario, el signo está totalmente sujeto a la historia y a la combinación de un momento particular de un significante dado y un significado es un resultado contingente del proceso histórico”.
El sentido de la representación, con el enfoque lingüístico que dió Saussure,  cambia porque se deja a un lado la idea de la relación natural entre el significante y el significado y de esta forma se abre paso a la producción de nuevos sentidos e interpretaciones en las culturas.
La  semiótica se enfoca en el estudio de los signos dentro de alguna cultura, debido a que todos los objetos culturales contienen sentido y las habilidades culturales dependen del sentido; Barthes clasifica en dos niveles el sentido:
1.    Denotación: es un nivel descriptivo, en donde el sentido es común dentro de una cultura.
2.  Connotación: es un nivel  amplio, donde se aclaran los signos completos de los amplios campos de la ideología social.
Foucault se baso en analizar “toda una formación discursiva” de textos y practicas discursivas; es decir del lenguaje y el habla dentro de una cultura determinada, enlaza las formas de poder/conocimiento con los contextos en un tiempo especifico histórico.
Específicamente el enfoque construccionista, intenta crear sentido a las representaciones mediante la introducción de relaciones entre  “el mundo de las cosas” (personas, eventos y experiencias), “el mundo conceptual” (los conceptos que existen en nuestras mentes) y los signos ordenados que comunican conceptos dentro de un lenguaje. Los códigos relacionan los sistemas de lenguas existentes de varias culturas, porque son palabras que nos ayudan para la traducción de conceptos diferentes a los nuestros.
La producción de sentido se debe a la práctica de la interpretación de cada persona, en la cual usamos los códigos en donde codificamos mensajes o expresiones y luego por un interpretador se descodifica ese mensaje o expresión para ser comprendido; pero no debemos omitir que los sentidos son cambiantes que manejan convenciones sociales.
Existen dos interpretaciones construccionistas: la primera es la semiótica, liderada por Saussure y Barthes;  en este análisis se centraban en el lenguaje y la significación para la producción de sentido. La segunda es desde un enfoque discursivo y la comprobación que este enfoque produce conocimiento, esa idea es liderada por Foucault; donde se estudia las formas discursivas, el poder/conocimiento y la idea de un “régimen de verdad”, el modo como el discurso ocasiona y define en el sujeto la perspectiva desde donde procede el conocimiento.

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